lunes, 25 de marzo de 2024

Mc 10,11-12

 Él les dijo: <<El que repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera, y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio>>.

Jesús ya no usa argumentos tomados de la Escritura; los que ha expuesto antes conservan todo su valor. Ahora se limita a reafirmar la igualdad de hombre y mujer rechazando las dos posibilidades de repudio: ni el marido puede repudiar por su cuenta a la mujer ni tampoco la mujer al marido. La prueba de que la unión no se disuelve por la decisión unilateral de un cónyuge es que en caso de segundo matrimonio se comete adulterio. Mientras los fariseos habían dicho solamente <<marido-mujer>>, suprimiendo los vínculos, Jesús dice <<su mujer>>/<<su marido>>, subrayándolos; es la pertenencia mutua la que hace la unidad.

Que la mujer repudiase al marido era inconcebible en la sociedad judía del tiempo de Jesús, aunque sí se daba en la sociedad pagana. Precisamente la mención de este caso, al que Jesús no ha aludido ante los fariseos, confirma que la casa-hogar representa la comunidad mixta en la que se encuentran presentes tanto los seguidores procedentes del judaísmo (los discípulos/los Doce) como los que no proceden de él; estos últimos son capaces de entender que la mujer pueda repudiar al marido.

En la casa de Jesús no habla de indisolubilidad, sino sólo de repudio. En la relación matrimonial no cabe que una parte tenga derechos sobre la otra y no viceversa. Esto muestra que la pregunta de los discípulos encubría una resistencia a la igualdad de hombre y mujer.

No hay reacción de los discípulos, como antes no la habido de los fariseos ni de las multitudes.

LA BIBLIA

No hay comentarios:

Publicar un comentario

APÉNDICES - MARCOS

El final abrupto de Mc y la omisión de toda aparición del Resucitado a sus discípulos dio pie, ya en el siglo II, a la adición de apéndices ...