Mc 6,47
El viento contrario es también ahora (cf. 4,37) símbolo del mal espíritu que mueve a los discípulos: se resisten a desaprovechar la ocasión de triunfo popular y a dirigirse a tierra pagana (Betsaida, cf. 8,22a), según la indicación de Jesús (45). Último cuarto: los judíos dividían la noche en tres partes, los paganos, en cuatro (cf.13, 35); como la mención de Betsaida, alude a la misión; andar sobre el mar, propio de Dios (cf. Job 9,8; 38,16); pasar/os, manifestación divina (cf. Éx 33,22s; 34,6) (48). Los discípulos no pueden admitir la realidad del Hombre-Dios (cf. 4,41) Y lo consideran un fantasma (49-50). El episodio de los panes no les ha enseñado la calidad del mesianismo de Jesús, antes al contrario, la esperanza de triunfo los ha fijado aún más en las categorías del falso mesianismo. La obcecación (52; cf. 3,5, de los fariseos) corresponde al viento contrario (48). De hecho, no llegan a Betsaida, sino a Genesaret, en territorio judío (53).
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