Mc 16,1
Epílogo: El nuevo día, Anuncio de la resurrección. Las mujeres (cf. 15,40) no la esperan; quieren sólo mostrar su cariño a Jesús embalsamando su cadáver (cf. 14,8). El primer día de la semana (lit. «el uno de la semana»), alusión a Gn 1,5: con la resurrección de Jesús comienza la creación definitiva (2). Como en 14,51s, el joven representa a Jesús mismo, ahora glorificado (color blanco, d. 9,3); sentado a la derecha (cf. 14,62): condición divina (5). Palabras del joven: ellas buscan al que habían tenido por Mesías davídico (Nazareno, cf. 1,24; 10,47), fracasado (crucificado); no hay fracaso, la vida ha vencido a la muerte (8,31; 9,31; 10,34). Encargo para los discípulos (seguidores procedentes del judaísmo), en particular para Pedro, que ha renegado de Jesús (14,30.72ss): abandonar Jerusalén y la expectación mesiánica judía, para comenzar la misión universal a partir de Galilea (14,28) (7). Las mujeres no transmiten el encargo. En la época en que Mc escribe, el grupo israelita de la comunidad aún no ha comprendido la universalidad de la misión (cf. 13,3s) (8). El mensaje se transmite, sin embargo, a través del otro grupo de seguidores (no israelitas), al que pertenece el evangelista.
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