14-15. Puente entre la introducción y el primer periodo: Jesús llega detrás de Juan (1,7), una vez terminada por la violencia la misión de éste. En Galilea, lejos del centro religioso y político del país. Se presenta como profeta, hablando de parte de Dios. La presencia del «Hombre», Jesús, comprometido por amor a los hombres a llevar su misión salvadora hasta la muerte, ha producido el cambio de época, la etapa definitiva de la historia (se ha cumplido el plazo); lo anterior queda superado de modo irreversible. La buena noticia (cf. 1,1): la prometida intervención de Dios en la historia va a abrir la posibilidad de una sociedad nueva y justa, digna del hombre, la alternativa que Dios propone a la humanidad (aspecto social del reinado de Dios, la nueva tierra prometida); exige como condición de parte del hombre la renuncia a la injusticia (punto de partida) (enmendaos) y la confianza en que esa meta (punto de llegada) puede alcanzarse (tened fe).
Para comprender este evangelio es preciso tener presente los dos períodos en que se divide, según se indica en la introducción. Aquí empieza el primero de ellos, que abarca hasta 8,26.
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