Yendo de paso junto al mar de Galilea vio a cierto Simón y a Andrés, el hermano de Simón, que echaban redes de mano en el mar, pues eran pescadores.
Mc señala la primera localización de Jesús en Galilea: pasando junto a la orilla del mar o lago. No se indica día ni hora; la actividad de la pesca muestra que puede ser cualquier día de la semana, excepto un sábado.
La escena se desarrolla <<junto al mar de Galilea>>. La elección del término <<mar>> para designar el lago de Galilea o de Tiberíades (cf. Lc 5,1: <<lago>>) evoca la idea del éxodo por alusión al mar Rojo, que sirvió de paso a Israel para salir de Egipto. Este <<mar>> es la frontera de Israel (orilla occidental) con el mundo pagano (orilla oriental). La figura del mar abre un horizonte de universalidad.
Jesús ha comenzado su camino (1,2). No va a buscar a Simón y Andrés; el encuentro con ellos se describe como causal (<<yendo de paso ... vio>>).
Simón es presentado como un personaje desconocido (<<cierto Simón>>). Él y su hermano tienen nombres griegos; pertenecen, pues, a un círculo judío no demasiado estricto. No se indica su procedencia o familia ni tienen un patronímico, sólo se afirma que son hermanos. La caracterización de Andrés como <<el hermano de Simón>> parece indicar que éste era el mayor; la repetición del nombre de Simón, hace resaltar su figura respecto a la de Andrés.
Hay que notar que, en esta perícopa, la llamada de Jesús se dirige a dos parejas de hermanos, dato subrayado por Marcos (1,16: <<Andrés, el hermano de SImón>>; 1,19: <<Juan, su hermano>>), quien, en cambio, no menciona el número dos ni cuatro.
La insistencia en la calidad de hermanos de cada pareja sugiere que Mc tiene presente el texto de Ez 47,13ss LXX, donde el profeta señala las fronteras de la tierra que las doce tribus de Israel habían de recibir como propiedad hereditaria. En el reparto de la tierra, lo característico había de ser que todos los israelitas recibieran partes iguales, y esto lo formula el profeta del modo siguiente: <<La heredaréis cada uno igual que su hermano>> (Ez 47,14). Con esta alusión a Ezequiel indica Mc que comienza la llamada de Israel a poseer la nueva tierra, el Reino de Dios (;c 1,15). En principio, todos los israelitas están llamados al Reino, sin diferencia ni privilegio.
La llamada de las dos parejas de hermanos tipifica, pues, la de Israel. Esto explica que Mc describa como causal el encuentro de Jesús con cada uno de los dos grupos (1,16: <<Yendo de paso ... vio>>; 1,19: <<Un poco más adelante vio>>) y que los invite a seguirlo sin previo conocimiento o trato (1,16.19) y sin poner condición alguna.
El único vínculo entre Simón y Andrés es el de hermandad, que es una relación entre iguales; trabajan sin depender de otros ni tener a otros debajo de sí. No tienen barca, son pescadores pobres.
Salvo en Ez 47, la metáfora de la pesca tiene siempre en los profetas connotaciones guerreras y de conquista. En Am 4,2 Dios encarga a Asiria de <<pescar>> a Israel. En Jr 16,16 Dios se servirá de la pesca, es decir, de la conquista de Israel por parte de otros pueblos para llevar a los israelitas entre las naciones (cf. 16,15). Más en concreto, la expresión <<echar la red>> se encuentra en el AT solamente en Hab 1,17 LXX (<<Echará su red y nunca cesará de matar naciones>>), referida a las conquistas de Asiria.
A la luz de estos datos, la actividad de Simón y Andrés, que están <<echando sus redes>>, parece indicar el espíritu nacionalista y violento de esta pareja de hermanos.
Mc añade aún que <<eran pescadores>>. El dato, que puede parecer superfluo dada la actividad que ejercían, subrayaría la disposición permanente de ambos hermanos a la acción violenta para sacar a Israel de su postración. Sin duda, están cercanos a los que pueden llamarse círculos zelotas.
Con esta descripción inicial Mc hace ver que Jesús es consciente del espíritu que anima a estos hombres, opuesto diametralmente a su proyecto. Sin embargo, se trata de hombres disconformes con la situación y comprometidos, aunque sea con la violencia, en procurar un cambio social; son, por eso, aptos para responder a la propuesta de cambio de Jesús, que en realidad tendrá un sentido mucho más radical y se realizará por medios completamente distintos.
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