Dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los asalariados y se marcharon tras él.
También Santiago y Juan responden a la llamada. Éstos no dejan las redes, sino al Padre, figura de la autoridad, sea porque renuncian a su tipo de sociedad o porque esperan que la propuesta de Jesús siga los moldes antiguos.
La repetición de <<en la barca>> (vv. 10.20b) muestra la importancia de este dato. Esta barca estática, sin actividad, es figura de un grupo judío tradicional y cerrado. Simón y Andrés representaban un grupo activo (<<echaban redes>>) en contacto con el mundo exterior (<<en el mar>>). Santiago y Juan no tienen contacto con ese mundo (<<en la barca>>) y, para ellos, pescar es sólo un proyecto (<<poniendo a punto las redes>>); ahora se salen de este ambiente para seguir a Jesús.
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