miércoles, 22 de noviembre de 2023

Mc 3,23

 Él los convocó y, usando analogías, les dijo: <<¿Cómo puede Satanás expulsar a Satanás?>>

Jesús conoce la campaña que se hace contra él y quiere atajarla. Como los letrados de Jerusalén no se han atrevido a enfrentarse con él y han adoptado la táctica de la difamación, Jesús <<los convoca>>, usando su autoridad, y los letrados atacan esa autoridad que intentaban desacreditar. Lo mismo que los <<espíritus inmundos>> no podían resistir a Jesús (1,27), tampoco los letrados. Mc insinúa un paralelo entre unos y otros, que va a ser explicitado en el texto.

Como antes en la sinagoga con los fariseos (3,4), Jesús no empieza con una invectiva contra sus adversarios, sino que les propone un razonamiento. Quiere mostrarles la contradicción que entrañan sus afirmaciones y la consecuencia contraria que se deduce de los hechos. Por primera vez aparece en el texto griego el término <<parábolas>>, cuyo significado es muy amplio y que, en este pasaje, equivale a <<analogías>> o <<comparaciones>>.

Jesús empieza su argumento por la segunda acusación, pues si ésta queda rebatida, la primera cae por su base. <<Satanás expulsa a Satanás>> equivale a <<expulsar a los demonios con el poder del jefe de los demonios>> (3,22). Los demonios se consideraban esbirros de Satanás, su jefe, agentes suyos. La forma misma de la pregunta de Jesús manifiesta lo absurdo de la acusación.

<<[El] Satanás>> o <<el Enemigo>>, con artículo, es en Mc figura del poder, que corrompe y tienta al hombre (1,13); [un] Satanás, sin artículo, como aparece en este texto, es un agente suyo y, como él, <<un enemigo>> del hombre y de Dios. La pregunta de Jesús presente, pues, dos agentes de Satanás; uno no podría combatir al otro, pues ambos dependen de un mismo jefe y propugnan los mismos intereses.

Teniendo en cuenta el sentido figurado de <<Satanás>>, el poder dominador, se entiende el sentido de la pregunta. Quien sea agente del poder o lleve en sí la ambición de poder nunca liberará a un hombre de la ideología de poder y violencia que lo posee y lo somete (el demonio o espíritu inmundo); desacreditar el poder y dar libertad significa echar abajo el poder mismo, ajeno o propio. A quien ambiciona el poder no le interesará liberar a los endemoniados ( = fanáticos del poder y la violencia), sino ganarlos para su causa.

En la sociedad judía que presente Mc, la ideología del poder se concreta en el exclusivismo nacionalista y violento de la doctrina enseñada por los letrados (1,23 Lect.). Éstos no toleran, por tanto, que Jesús separe a la gente de esta doctrina, ni siquiera a los fanáticos de ella (los endemoniados). Al tacharlo de endemoniado, identifican su propia causa con la de Dios.

LA BIBLIA

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