Toda la multitud se quedó en la tierra, de cara al mar...
La multitud recién llegada se queda <<en la tierra>>, expresión impropia (Mt 13,2: <<en la orilla>>) que ha de tener un sentido particular. Alude, sin duda alguna, a la tierra de Israel, la antigua <<tierra prometida>>. Quedarse en ella indica seguir aferrado a los ideales nacionalistas, en contraste con Jesús, que está <<dentro del mar>>, separado de <<la tierra>>.
Sin embargo, al situarse Jesús <<en una barca>> fuerza al gentío a estar <<de cara al mar>>. Es decir, desde el principio le da una clave para interpretar el lenguaje figurado que va a utilizar; queda claro que su enseñanza no va a afianzar el nacionalismo judío, no va a tratar de las reivindicaciones históricas de Israel ni de su futuro, sino que va a proponer una apertura a las naciones paganas. Es una advertencia a la multitud: Jesús no es el líder que ellos esperan.
A pesar de eso, la multitud que está <<cara al mar>> mira el mundo pagano desde <<la tierra>>, es decir, desde el ideal judío.
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