Aquel día, caída la tarde, les dijo: <<Crucemos al otro lado>>.
La datación (<<Aquel día>>) establece una conexión entre la travesía del lago/mar hacia territorio pagano y la enseñanza anterior. En las parábolas del Reino ha expuesto Jesús la extensión de éste a toda la humanidad (4,26-32 Lect.); el paso a tierra pagana no es más que la puesta en práctica de su programa universalista.
Las precisiones temporales son escasas en Mc, de modo que las que señala en este pasaje han de tener particular importancia. De hecho, la expresión <<aquel día>> (a veces llamado <<el día de Yahvé>>) designaba en el AT el de una decisiva intervención de Dios en la historia, y ha aparecido por primera vez en Mc 2,20, referido a la muerte de Jesús, interpretada así como la gran intervención de Dios (<<Llegará un día en que les arrebaten al novio/Esposo, y entonces, aquel día, ayunarán>>); con esto fija Mc el significado de <<aquel día>> en el evangelio. Este día o acontecimiento que hace de perno a la historia de la humanidad es para Mc el de la muerte-exaltación de Jesús.
Con esto, la expresión <<aquel día>>, en Mc 4,35, hace ver que la misión entre los paganos, a la que Jesús invita (<<Crucemos al otro lado>>), es consecuencia de su muerte-exaltación y que se realizará después de ella. Esta indicación, unida a la ausencia del nombre de Jesús y de nombres propios de discípulos, hace probable que este episodio refleje las condiciones en que se estaba realizando la misión en tiempos del evangelista.
Añade Mc una segunda precisión temporal: <<caída la tarde>>, también encontrada antes (1,32). La expresión aparece siempre en contexto negativo y connota la ausencia de luz, figura de la incomprensión de los que acompañan a Jesús. Enlaza este dato con la necesidad de explicación particular que tenían los discípulos (4,34). El texto indica así que la incomprensión continúa aun después de la muerte de Jesús.
El día judío empezaba al caer la tarde, a la puesta del sol (1,32 Lect.). Pero Mc, al yuxtaponer en este pasaje las dos expresiones (<<aquel día>>, <<caída la tarde>>), atribuye al día anterior, el de la actividad de Jesús, el tiempo después de la puesta del sol. Sigue así la división griega del tiempo, que, al contrario que la judía, hacía comenzar el día por la mañana, al amanecer. Este dato señala un cambio de cultura, en consonancia con el paso a tierra pagana.
El verbo <<cruzar>>, con el que Jesús invita a los suyos a ir con él a territorio pagano, se emplea en Dt 2,7 para indicar el paso del desierto hacia la tierra prometida. Con esto se coloca de nuevo el <<mar>> en el contexto del éxodo de Egipto (1,16 Lect.), pero ahora la tierra de opresión es el país judío, y la tierra prometida el mundo entero. La invitación de Jesús implica, por tanto, que la misión entre los paganos no puede hacerse a partir de las categorías del judaísmo.
<<El otro lado>> es la orilla oriental del lago/mar de Galilea, el territorio pagano de la Decápolis. Aunque gente de países paganos había acudido ya a Jesús (3,7b-8), es la primera vez que se registra una salida de Jesús fuera del país judío.
La invitación de Jesús se dirige a los dos grupos de seguidores; así lo muestra la fórmula <<les dijo>> (lit. <<les dice>>, presente histórico), paralela a las que ha usado antes en el aparte con ellos (4,13, cf. 4,11.21.23). El presente histórico muestra que la invitación es permanente, y que los dos grupos de su comunidad, tanto los discípulos como los otros seguidores, tienen que estar en toda época al servicio de la humanidad.
En resumen: El versículo introductorio coloca la escena que sigue en la época posterior a la muerte de Jesús y bajo el signo de la incomprensión. Jesús invita a todos sus seguidores a emprender la misión entre los paganos, y la presenta como un éxodo fuera del exclusivismo judío, en el que la tierra prometida, el reino de Dios, ha de realizarse en el mundo entero.
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