Los enviados se congregaron donde estaba Jesús y le contaron todo lo que había hecho y todo lo que habían enseñado.
Los Doce, que habían sido enviados de dos en dos por Jesús (6,7), vuelven de su viaje tras haber dado remate a su actividad. El verbo <<congregarse>> indica, como en otras ocasiones, que los que se reúnen con Jesús mantienen las categorías del judaísmo; esto significa que en la tarea han sido guiados por la idea de la restauración de Israel y han hecho creer que tal es la intención de Jesús. Continúa, pues, la incomprensión de los discípulos (4,10.34.41; 6,13). No han entendido las parábolas ni asimilado el secreto del reinado de Dios (4,11 Lect.); tampoco les han servido las explicaciones de Jesús (4,34 Lect.). El uso en el texto del presente histórico (lit. <<se congregan>>) puede indicar que esta mentalidad seguía estando presente en la época de Mc.
Informan a Jesús de cuál ha sido su labor, sin omitir nada (<<todo lo que habían hecho>>) se refieren a lo descrito en 6,12s, es decir, proclamar la enmienda, expulsar los demonios y animar a los desalentados (unturas con aceite a los postrados), fomentando la esperanza de la restauración nacional. No han seguido en nada las instrucciones de Jesús.
Pero añaden todavía un dato nuevo: han enseñado, para lo que tampoco habían recibido encargo de Jesús. De hecho, enseñar, que en Mc significa proponer el mensaje tomando pie del Antiguo Testamento, Jesús no lo delega en nadie, y él lo ejerce solamente ante oyentes judíos (1,21b; 2,13; 4,1; 6,2; 9,31, etc.), no cuando habla a grupos en los que hay quienes no proceden del judaísmo (8,34; 9,35ss, etc.). Esto muestra que los Doce han limitado su actividad al territorio y a los círculos judíos.
Los Doce se han arrogado el derecho a enseñar, se han presentado como maestros, pero como no han asimilado la enseñanza de Jesús (4,34), la que han propuesto no puede ser otra que la nacionalista judía, opuesta a ella, la que ellos pensaban que Jesús debía haber enseñado (4,10 Lect.). Esta enseñanza carece de la <<autoridad>> que caracteriza a la de Jesús, es decir, no está avalada por el Espíritu (1,22 Lect.).
La tarea a la que habían sido enviados era, en cambio, muy distinta: tomar contacto con toda clase de gentes, sin limitarse a los círculos judíos (cf. 4,35-5,1), para que cayeran sus prejuicios xenófobos. Desde el punto de vista de Jesús, el envío ha terminado en un fracaso. No han seguido sus instrucciones; no habrá nuevo envío de los Doce.
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