Se marcharon en la barca, a un lugar despoblado, aparte, pero, mientras iban, muchos los vieron y los reconocieron. Entonces, desde todos los pueblos fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron.
Es la primera vez que Jesús invita a los Doce a ir a un lugar <<despoblado>>, <<desierto>>. Su invitación es aceptada: se marchan sin resistencia, dejando a la gente. Teniendo en cuenta que <<el desierto>> era el lugar clásico de los levantamientos populares, podrían entender la invitación de Jesús como una oportunidad para empezar el movimiento renovador de Israel. En el texto, Jesús aparece integrado o diluido en el grupo (<<se marcharon>>): no se le nombra, su figura no es el centro ni se dice que los discípulos lo sigan (cf. 3,7a; 6,1b).
Van <<en la barca>> (alusión a 4,1.36), la que sirvió para la travesía del lago (4,35-5,1); esta barca representa la comunidad de los discípulos/los Doce, como contrapuesta al resto de los seguidores (4,36: <<otras barcas>>, Lect.). Se repite la mención del <<despoblado>> (cf. v. 31a), indicio de la incomprensión de que los discípulos dan muestra (cf. 4,34). La repetición de estos términos, antes y después del inciso central (v. 31b), señala la importancia del tema. En la intención de Jesús, van al lugar favorable para corregir la incomprensión, fuera del influjo de la sociedad judía; en la de los discípulos, al lugar propio para suscitar un levantamiento popular.
Nótese el paralelo con lo sucedido en Cafarnaún: 1,35: <<y se marchó a un lugar despoblado>>; 6,32: <<y se marcharon [en la barca] a un lugar despoblado>>. Ante el entusiasmo popular que los ve como líderes nacionalistas, Jesús los invita a hacer lo mismo que hizo él en Cafarnaún.
La expresión <<mientras iban, muchos los vieron y los reconocieron>> integra de nuevo a Jesús en el grupo, lo identifica con él; a los ojos de aquella gente Jesús y los discípulos forman una unidad. Esos <<muchos>> se añaden a los <<muchos>> que antes de la partida <<iban y venían>> (v. 31b), mostrando el gran eco que ha tenido la actividad de los Doce. El término <<muchos>> alude también a los <<muchos>> demonios expulsados y a los <<muchos>> curados durante esa actividad (6,13).
La gente que los ve y los reconoce desea el contacto con el grupo. Por eso van por tierra, con esfuerzo, corriendo, mostrando el extraordinario interés y la común idea que los impulsa. En todo lugar hay gente que participa del ideal renovador propuesto por los Doce y que atribuyen a Jesús. La expectación se ha extendido: van <<a pie>> de <<todos>> los pueblos. No va gente de las <<aldeas>> donde había enseñado Jesús (6,6b), sino de núcleos de población más importantes, donde hay sinagoga, como en Cafarnaún. Por eso, esta multitud se hace representante de todos los judíos que habían recibido la enseñanza oficial y han aceptado la de los Doce, mientras rechazaron la de Jesús en la sinagoga <<de su tierra>> (6,1b-6a).
El grupo se dirige en barca al lugar despoblado/desierto que Jesús tenía pensado (<<allí). A pesar de la influencia de gente, los discípulos no han opuesto resistencia, pues para ellos la restauración de Israel no puede empezar más que en un <<desierto>>, el lugar clásico donde habían iniciado su actividad todos los cabecillas.
La gente que los ve durante el viaje y que por tierra se adelanta a la barca quiere también ella estar presente en el <<lugar desierto>>. Con ello va a impedir la calma que Jesús necesita para instruir a los discípulos.
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