martes, 13 de febrero de 2024

Mc 6,54-55

 Al salir ellos de la barca, en seguida, al reconocerlo, se pusieron a recorrer toda aquella comarca y empezaron a llevar de un lado para otro en sus camillas a los que se encontraban mal, hasta done oían que estaba.

La atención de los que ven desembarcar al grupo se centra exclusivamente en Jesús (<<al reconocerlo>>), en contraste con 6,33, donde, en el anterior viaje en barca, la gente tenía como punto de mira el grupo (<<los reconocieron>>). Ahora los discípulos ya no forman unidad con Jesús y desaparecen de la escena. Jesús es el único centro de interés. La gente de Genesaret no está, pues, implicada en los ideales nacionalistas propuestos por los Doce cuando fueron enviados por Jesús (6,12-13).

Es gente anónima la que reconoce a Jesús, pero no acude a él, sino que se dedica a colaborar con su actividad, facilitándole la tarea: quieren que su acción llegue a los que necesitan ayuda, extendiendo al máximo su radio de acción (<<toda aquella comarca>>); son los que han entendido el mensaje y, como expresión del seguimiento de Jesús, prestan servicio a los más necesitados. Están en paralelo con los que en Cafarnaún llevaban a Jesús a todos los que se encontraban mal y a los endemoniados. Como se ha explicado en aquel pasaje (1,32 Lect.), son la personificación de los <<ángeles>> que prestaban servicio a Jesús en el desierto (1,13).

No se mencionan sinagogas ni letrados o fariseos. La región de Genesaret es así figura de la periferia del judaísmo, al margen de la institución judía. Tampoco hay endemoniados, es decir, no hay fanatismos destructores. Insinúa así Mc que los fanatismos expresados bajo las figuras de <<espíritus inmundos>> o <<demonios>> son efecto de la doctrina que los letrados enseñan en las sinagogas. Los habitantes de Genesaret no están dominados por ideologías de odio y violencia, pero hay entre ellos quienes se encuentran en tal estado que no pueden valerse por sí mismos (<<en camillas>>). Jesús se mueve libremente por la región y los portadores siguen su movimiento, mostrando su interés en llegar hasta él.

Los dos verbos compuestos con peri (periedramon, <<se pusieron a recofrrer>>, y peripherein, <<llevar de acá para allá>>) recuerdan a <<los que estaban en torno a él>> (3,32.34; 4,10: [hoi] peri auton), y el texto de 6,6: <<fue dando una vuelta (periêgen) por las aldeas de alrededor enseñando>>. Según el uso de Mc, estos compuestos aluden a los que estaban en la <<periferia>> del sistema religioso judío.

La perífrasis <<los que se encontraban mal>> ha aparecido antes den dos ocasiones: en 1,32.34 y en 2,17. Como se ha explicado en estos pasajes, incluyen una alusión a Ez 34,4, donde se aplica a las ovejas descuidadas por los pastores (1,32 Lect.). En 2,17, <<los que se encuentran mal>> se contraponen a <<los fuertes>>, que en el contexto designaban a los letrados fariseos (2,17 Lect.). El texto se refiere, pues, al pueblo abandonado por los dirigentes de Israel y, en particular, a los marginados por los maestros de la Ley.

El uso del verbo <<oír>> (v. 55: <<hasta donde oían que estaba>>) relaciona esta perícopa con la del paralítico (2,1: <<se supo>>, lit. <<se oyó que estaba en casa>>), con la de la muchedumbre que acudió a Jesús (3,8: <<oyendo todo lo que hacía, acudieron a él>>) y con la de la mujer con flujos (5,27: <<como había oído hablar de Jesús>>). Se trata, pues, aquí también de <<pecadores>> o <<descreídos>> (2,5 Lect.), de oprimidos (3,7b-10) y de marginados (5,25 Lect.), que van a encontrar su salvación en Jesús.

LA BIBLIA

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