Se congregaron alrededor de él los fariseos y algunos letrados que habían llegado de Jerusalén y, notando que algunos de sus discípulos comían los panes con manos profanas, es decir, sin lavar...
No se explicita el tiempo ni el lugar en que acontece lo narrado, aunque puede localizarse en Galilea, dado que los letrados llegan de Jerusalén. Por otra parte, en el original griego la perícopa comienza con la conjunción <<y>> (<<Y se congregaron>>), indicando que está en relación con lo anterior; esta relación será especificada más adelante por la mención de <<los panes>>.
Como en ocasiones anteriores (2,2; 4,1; 5,21; 6,30), al usar el verbo <<congregarse>>, emparentado con <<sinagoga>>, Mc señala que la ideología de los que se acercan a Jesús es la propia del judaísmo. Esto prepara la atmósfera en que se va a desenvolver la narración. Por otra parte, el empleo del presente histórico (lit. <<se congregan>>), puede indicar que la cuestión aquí trata tenía vigencia en tiempo del evangelista.
Los fariseos (totalidad) son los observantes escrupulosos de la Ley (cf. 2,23-26) y los que dominan la sinagoga (cf. 3,2.6). Los letrados son los maestros reconocidos (cf. 1,22). Los fariseos, denominación más genérica, se mencionan en primer lugar; en Mc, los letrados pertenecen a esa misma facción religiosa (cf. 2,16), como lo demuestra aquí su asociación para oponerse a Jesús en una cuestión típica de la praxis farisea.
Es la segunda vez que aparecen letrados llegados de Jerusalén (3,22): el centro de la institución judía, que no pierde de vista a Jesús, está alarmado por su reciente actividad con el pueblo, expresada sobre todo en el episodio de los panes (6,34-46). Posiblemente a petición de los fariseos de Galilea, el centro manda una delegación cualificada, capaz de dar un juicio autorizado sobre esa actividad.
Los dos grupos notan que algunos discípulos comían <<los panes>> con manos <<profanas>>, es decir, sin lavárselas antes. La expresión es extraña, pues en el lenguaje judío, la ordinaria era <<comer pan>> (cf. 3,20), sinónimo de alimento. De ahí que la determinación <<los>> y el plural <<panes>> le confieran un significado diferente, que no puede ser más que el que se deriva de la relación de este episodio con el reparto de los panes a los cinco mil (6,34-46). En aquella ocasión Jesús no exigió pruebas de pureza ritual para participar en la comida, admitió a toda aquella multitud sin poner condiciones. Por eso algunos discípulos prescinden ahora de los ritos purificatorios antes de comer <<los panes>>.
Para fariseos y letrados, el contacto con paganos y con ciertas cosas u objetos era causa de impureza; pero, además, los judíos que no observaban la Ley eran considerados <<profanos>>, como si no formaran parte del pueblo santo de Israel, equiparándolos así a los paganos. Tratar con ellos ponía en peligro de contraer impureza y de ser excluido del pueblo de la alianza. Por eso, <<comer con manos profanas>> significaba no precaverse de este peligro antes de realizar una acción sacra, como ellos consideraban la comida, precedida como lo estaba de una bendición. El lavado ritual de las manos era una precaución que les daba seguridad sobre su pertenencia al pueblo consagrado.
El texto, sin embargo, va más allá: interpretando la mentalidad de fariseos y letrados, el narrador identifica lo profano con lo impuro, puesto que el rito de lavarse las manos tenía por objeto eliminar la impureza. Las manos son profanas/impuras porque no se han lavado. el fariseísmo calificaba de impuro todo lo profano ( = lo no consagrado).
Al no lavarse las manos antes de comer, algunos discípulos se comportaban, por tanto, como si no considerasen fuente de impureza el trato con los israelitas no observantes. A raíz del episodio de los panes, esos discípulos han sacado una conclusión en relación con Israel: todo el pueblo está en la esfera de Dios, es pueblo santo. Como originalmente, en tiempo de Moisés, no hay israelitas de primera y de segunda categoría. No reconocen un ámbito profano dentro del pueblo; vuelven a los preexílico, antes de la constitución de los <<piadosos>> y de la sinagoga. Daban así a entender que no admitían dentro del pueblo de Israel la discriminación religiosa practicada por los fariseos. Esto es lo que alarma a los fariseos y letrados: está en juego su concepción de la sacralidad del pueblo, que para ellos depende de la observancia de los preceptos legales.
El hecho de que Mc use presentes históricos (lit. <<se congregan>>, <<comen>>) traslada el problema a su época, dando a entender que continúa la controversia con los judíos observantes. Esto permite suponer que, en tiempo de Mc, algunas comunidades cristianas procedentes del judaísmo habían roto con la tradición judía. Otras, en cambio, seguían adheridas a ella.
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