miércoles, 28 de febrero de 2024

Mc 8,4-5

 Le replicaron sus discípulos: <<¿De dónde a tantos va a poder nadie saciarlos de pan, aquí en descampado?>>. Él les preguntó: <<¿Cuántos panes tenéis?>>. Contestaron: <<Siete>>.

Los discípulos no tienen nada que proponer, pero antes de que Jesús les diga como en la ocasión anterior: <<Dadles vosotros de comer>> (cf. 6,37), ellos ponen una objeción: <<a tantos>> no se les puede saciar. Y, en contra de la experiencia que han tenido en el primer reparto de los panes, afirman que es lo mismo de imposible para Jesús que para ellos (<<nadie>>). También ahora piensan que habría que comprar pan para la multitud, pero en despoblado no hay aldeas ni caseríos donde pudiera adquirirse.

Como se ha dicho, los discípulos justifican su pasividad alegando que para la multitud no hay posibilidad de solución. Niegan que la experiencia anterior con la multitud judía sea aplicable a una multitud no integrada en Israel. En el plano de los principios esto implica que, según ellos, no puede haber éxodo ni sociedad nueva más que para los judíos. Los excluidos de Israel y, en particular, los paganos no tienen cabida en ese proyecto.

El primer reparto les había dado la clave para actuar, pero la descartan; ni se les ocurre compartir su pan con esta multitud ajena al pueblo elegido. Según el principio judío enunciado antes por Jesús (7,27), el pan que ellos tienen es <<el pan de los hijos>> y no está bien <<echárselo a los perros>>. No les ha penetrado la idea de la solidaridad universal. Sostienen que lo que se aplicó a los judíos no sirve para los demás hombres. Aunque ellos mismos usan un término que recuerda al éxodo ( ep´erêmias, <<en descampado>>), descartan que éste pueda realizarse.

Jesús ha dicho solamente que <<no tienen que comer>>; los discípulos, en cambio, para subrayar la dificultad y recordando el reparto anterior (6,42), hablan de que <<nadie puede saciar>> a esta multitud. Resuena de nuevo el dicho de Jesús en el episodio de la sirofenicia (7,27): para los discípulos, los paganos no están llamados a la plenitud (<<saciarse>>), como lo están <<los hijos>>).

En la primera travesía (4,35), mostraron que no habían aceptado el mensaje universalista de Jesús; en la segunda (6,48), el viento-mal espíritu les impidió acercarse a territorio pagano. Se ve ahora que la intervención de Jesús con el sordo, figura de los discípulos, representaba solamente el deseo de muchos; siguen sin entender. No comprenden el amor universal de Dios y, en consecuencia, son incapaces de manifestarlo.

A la pregunta de los discípulos (<<¿De dónde puede nadie sacar pan?>>) Jesús responde preguntándoles cuántos panes tienen. Ellos esta vez no dudan (cf. 6,38), lo saben, y no mencionan los peces. El número siete indica totalidad (6,38: cinco más dos) y está en relación con el conjunto de la humanidad (setenta naciones, según el cómputo judío); los discípulos que tienen los siete panes, están plenamente capacitados para la labor con todos los hombres. Si no lo hacen es porque se encierran en su particularismo nacionalista. 

LA BIBLIA

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