sábado, 16 de marzo de 2024

Mc 9,32

 Pero ellos no entendían aquel dicho y les daba miedo preguntarle.

Sin embargo, el deseo de triunfo terreno que inspira el mesianismo de los discípulos les impide aceptar lo que Jesús les dice. Imbuidos de la ideología del judaísmo, quieren un Mesías que, actuando con poder, restaure la gloria de Israel y ponga fin a la opresión y la injusticia. No les entra en la cabeza lo que Jesús les enseña, que la existencia de una sociedad nueva y justa (etapa histórica del reino de Dios), donde no haya dominio de hombres sobre hombre, no puede ser obra de un Mesías dominador. No habrá sociedad nueva si no hay promoción humana de todos y responsabilidad de todos (mesianismo compartido).

La incomprensión de los discípulos es total (v. 32). La enseñanza de Jesús es tan contraria a sus presupuestos, que son incapaces de entenderla; por otra parte, les da miedo preguntarle, pues vislumbran que la explicación echaría por tierra sus expectativas de triunfo. Su seguridad ideológica empieza a vacilar, pero prefieren aferrarse a lo que antes creían, aunque ya no les parezca tan cierto; se resisten a rectificar, pues para ellos la muerte de Jesús supondría el derrumbe definitivo de sus esperanzas mesiánicas nacionalistas. Como su preocupación principal no es la labor en favor de la humanidad, sino, conforme al estrecho horizonte de su ideología, el triunfo terreno y la gloria de su nación, no se interesan por una vida después de la muerte.

LA BIBLIA

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