domingo, 30 de junio de 2024

Mc 14,11a

 Ellos, al oírlo, se alegraron y le prometieron darle dinero.

Judas hace a los sumos sacerdotes una propuesta: está dispuesto a entregarles a Jesús (v. 10). La alegría de los sumos sacerdotes ante ella (al oírlo) se debe al éxito previsto de sus planes. Han encontrado la manera de prender a Jesús a traición para darle muerte, sin provocar un alboroto popular (14,1-2). Quieren matar al Hijo, el heredero (12,6-7), para apropiarse definitivamente del pueblo (la viña). Se alegran de poder ahogar la buena noticia proclamada por Jesús. Esperan que, con su muerte, toda la expectación que él ha suscitado acabe para siempre.

Los detentadores del poder religioso aceptan en su seno al traidor y, como muestra de ello, le prometen dinero, haciendo a Judas cómplice de su injusticia. No tienen nada que ofrecer al hombre más que dinero, el producto de sus ventas en el templo y de la explotación del pueblo. Judas no se lo ha pedido; se lo prometen espontáneamente como señal de aceptación, para estimularlo y asegurar su colaboración. Los sumos sacerdotes, que en el templo han sustituido a Dios por el dinero, hacen a Judas adepto de ese dios. Lo convierten en un bandido como ellos.

No se mencionará en el evangelio el cumplimiento de la promesa de los sacerdotes a Judas.

LA BIBLIA

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