El primer día de los Ázimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual,...
Mc comienza la perícopa con una nueva datación (cf. 14,1): el primer día de los Ázimos, que de suyo coincidía con el día de la Pascua, el 15 de Nisán. Sin embargo, el segundo dato temporal, que explica el primero: cuando se sacrificaba el cordero pascual, hace que el primer día de los Ázimos signifique la víspera de Pascua, el 14 de Nisán, día en el que se eliminaba de las casas el pan fermentado y se sacrificaba el cordero pascual.
La cena pascual se celebraba a la puesta del sol del día 14, cuando, según el cómputo judío, daba comienzo el día 15, día de Pascua. La festividad duraba siete días a partir del 15 durante los cuales no se comía pan fermentado (Éx 23,15; 34,18). Por eso, aunque los Ázimos y la Pascua eran, originariamente, fiestas diferentes, acabaron celebrándose juntas y confundiéndose en el lenguaje coloquial judío.
El hecho de que Mc identifique el primer día de los Ázimos con la víspera de Pascua muestra que utiliza el cómputo romano, que había sido antiguamente también el judío, es decir, que cuenta la duración del día a partir del amanecer, no a partir de la puesta de sol.
La mención del sacrificio del cordero pone a la Cena y a toda la narración siguiente, hasta la muerte y sepultura de Jesús, bajo el signo de la Pascua. Para Mc, la Pascua de Israel era tipo; la verdadera Pascua es la de Jesús. Para conectarla con el tipo, Mc data la narración mencionando ese sacrificio.
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