lunes, 8 de julio de 2024

Mc 14,26

 Y, después de cantar un himno, salieron para el Monte de los Olivos.

Terminada la Cena, Jesús y los Doce cantan una alabanza a Dios. En la cena pascual, a la acción de gracias después de la comida seguía inmediatamente la recitación en forma antifonal del grupo de salmo llamado "pequeño hallel" (Sal 114 o 115-118). Nada indica que Mc, que en el relato de la Cena ha evitado toda referencia a los elementos característicos de la celebración judía de la Pascua, quiera ahora referirse a esa recitación con el empleo del participio plural aoristo (hymnêsantes) del verbo griego hymneô, máxime cuando este verbo rara vez se usaba para designar el canto del "pequeño hallel". Se trata, por tanto, no de un canto establecido litúrgicamente, sino de una alabanza espontánea a Dios.

El canto de alabanza expresa los sentimientos de Jesús y sus seguidores al término de la Cena. Colocado después de la solemne declaración que Jesús acaba de hacer (v. 25), es un canto de alabanza a Dios por ser él quien garantiza el éxito de la obra de Jesús. El resultado final de la misma, el establecimiento del reinado de Dios y, con él, la creación de una nueva humanidad, predomina sobre los sufrimientos que implican la pasión y la muerte. Jesús los acepta y va a afrontarlos consciente del fruto que van a producir.

Contra la prescripción de Éx 12,22, que prohibía abandonar la casa en la noche de Pascua antes de la mañana, Jesús y los Doce salen en dirección al Monte de los Olivos.

Es la tercera y última vez que se menciona este monte. En 11,1 apareció como una meta que Jesús había de alcanzar tras su paso por Jerusalén. donde sería condenado y ejecutado. En 13,3, escena situada después de la muerte y resurrección, representaba el lugar de Jesús Exaltado, desde el cual se encontraba enfrentado con el templo. En nuestro pasaje, significa el destino de los que han participado en la Cena. El punto de partida es <<el local en alto, grande>>, situado <<en la ciudad>> (14,13.16); allí se ha celebrado la eucaristía (14,15), que simbolizaba anticipadamente la muerte voluntaria de Jesús y donde el beber de la copa era señal de compromiso de los discípulos a entregarse como él. En perfecta congruencia con los dos pasajes anteriores, la meta final, el estado glorioso que sigue es la entrega de la vida por el bien de la humanidad está simbolizado por el Monte de los Olivos (13,3). 

Este significado del Monte de los Olivos explica que, al pasar Mc de la secuencia teológica a la narrativa (14,27ss), no lo mencione: Jesús y los discípulos llegarán simplemente a una finca llamada Getsemaní (14,32). 

LA BIBLIA

No hay comentarios:

Publicar un comentario

APÉNDICES - MARCOS

El final abrupto de Mc y la omisión de toda aparición del Resucitado a sus discípulos dio pie, ya en el siglo II, a la adición de apéndices ...