lunes, 29 de julio de 2024

Mc 14,45-46

 Al llegar, acercándose en seguida, le dijo: <<¡Rabbí!>>. Y lo besó con insistencia. Ellos le echaron mano y lo prendieron.

Vuelve Mc al presente de la escena (Al llegar, cf. v. 43). Judas no pierde tiempo (acercándose en seguida), interrumpe las palabras de Jesús (v. 43: "mientras aún estaba hablando") y, adelantándose a toda pregunta, se dirige a él: le dijo. Mc pone este verbo en presente histórico (lit. "le dice"), trasladando a su época la traición de Judas. Actualiza así el gesto de éste; en él ve representado el de cualquiera que llamándose discípulo de Jesús actúa contra sus enseñanzas.

Judas da a Jesús el tratamiento de Rabbí, como había hecho Pedro en dos ocasiones anteriores (9,5: escena de la transfiguración; 11,21: escena de la higuera seca); el discípulo que va a negarlo (Pedro) y el que lo traiciona (Judas) son los únicos en este evangelio que llaman así a Jesús. Esto muestra que Judas esperaba que Jesús fuera "un maestro" que se atuviera a la tradición del judaísmo, aunque ésta legitimase la opresión y la injusticia (7,8-13), y que hiciese suya las ideas del nacionalismo judío y del mesianismo davídico. Si Jesús hubiera sido un rabbí, un maestro al servicio de la Ley y propugnador de la gloria de Israel, Judas se habría identificado con él. Con el término "Rabbí" Judas expresa su ideal, el mismo que expresó Pedro. El apelativo es casi un reproche.

Llamar a Jesús "Rabbí" está en oposición con la verdadera adhesión a él. El tratamiento muestra lo que Judas lleva en el corazón, y el beso lo que profesa con los labios. Judas tipifica al Israel infiel. Su beso realiza el texto de Is 29,13, citado en Mc 7,6: <<Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí>>.

Besa a Jesús con insistencia, para que todos puedan verlo y evitar toda confusión. El objetivo de la demostración de afecto es traicionar a Jesús, entregarlo para que lo detengan. Con su gesto "transforma un signo de amor en signo de muerte"; Judas abusa del amor de Jesús para procurar su muerte.

Jesús se deja besar. Ofrece a Judas su última oportunidad, le da la última muestra de amistad. Él no expresa ruptura ni muestra rencor. Guarda silencio.

La señal es eficaz. La estaban esperando y, en cuanto la turba la ve, echa mano a Jesús, que no ofrece ninguna resistencia. Se cumple así lo anunciado por Jesús en 14,41: es entregado en manos de los pecadores. Judas traiciona al Mesías, la turba usa la violencia contra él, los dirigentes utilizan a ambos para su propósito de darle muerte. A partir de este momento desaparece Judas.

LA BIBLIA

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