domingo, 28 de julio de 2024

Mc 14,44

 El traidor había convenido con ellos una señal, diciéndoles: <<El que yo bese, él es: prendedlo y conducidlo bien seguro>>.

En este inciso, que hace referencia al pasado inmediato y describe un acuerdo previo entre Judas y sus acompañantes, Mc no llama a Judas por su nombre; lo designa como el traidor (lit. "el que lo entregaba"), pues está preparando la entrega de Jesús.

Judas comunica a los miembros de la turba el modo como va a identificar a Jesús (había convenido con ellos una señal...). Esto muestra que esta multitud no es la que escuchaba a Jesús en el templo, puesto que no lo conoce. Por eso, estando Jesús acompañado de los suyos, para detenerlo, hacía falta una señal que lo distinguiese de éstos. Judas no va a improvisar; ha preparado cuidadosamente su plan.

La señal que les da Judas es un beso (El que yo bese, él es), muestra ordinaria de respeto y afecto de un discípulo a su maestro. En el momento de la traición, pues, va a presentarse ante Jesús como discípulo suyo. Es el colmo del cinismo y la hipocresía.

El que ama de verdad, como Jesús, está expuesto a la traición, pero su amor no se desmiente ante ella; queda a merced de la intención del que quiera utilizar ese amor, pero nunca se desdecirá de él. En Jesús todos, inclusos sus enemigos, pueden encontrar acogida. Por eso Judas, que sabe que Jesús está al tanto de su traición (14,18.20), está seguro de poder acercarse a él sin ningún reparo; Jesús no lo va a rechazar. De hecho, la traición se hará con una demostración falsa de afecto (un beso).

Judas da la orden a los esbirros de prender a Jesús en cuanto vean la señal; se comporta como jefe de la banda. Al mismo tiempo les recomienda la precaución al conducirlo preso (conducidlo bien seguro). No puede entender que Jesús se entregue sin resistencia a la muerte y no intente escapar. Puede también que otros, probablemente sus discípulos, traten de liberarlo; además, está siempre detrás del fantasma del pueblo, que, si se difunde la noticia, podría armar un tumulto (14,2).

Es evidente el propósito de los dirigentes de matar a Jesús: se le detiene sin acusación previa, se utiliza sólo la fuerza. Su denuncia se ha hecho insoportable a las autoridades.

LA BIBLIA

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