Y los sirvientes se hicieron cargo de él con bofetadas.
No se indica que los sirvientes, que estaban abajo, donde está Pedro (14,54), sean llamados a la sala en la que está reunido el Consejo. De todos modos, los consejeros se deshacen de Jesús y se lo entregan a ellos. Era prudente continuar las deliberaciones en ausencia de Jesús.
Los sirvientes siguen el ejemplo de sus jefes; así se ganan su favor. Jesús es humillado hasta el final.
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