domingo, 4 de agosto de 2024

Mc 14,71

 Pero él se puso a echar maldiciones y a jurar: <<¡No sé quién ese ese hombre que decís!>>.

Así como el "calentarse" (14,54) era el equivalente del "espíritu animoso", las negaciones lo son de "la carne débil" (cf. 14,38). Las de Pedro van in crescendo: empezó con una evasiva (v. 68), siguió la negación formal de pertenecer al grupo de discípulos (v. 70), ahora, la tercera vez, llega al extremo: con maldiciones y juramentos niega toda relación con Jesús.

Las maldiciones se refieren a sí mismo. Un equivalente español sería: "¡Así me muera si no es verdad lo que digo!". Los juramentos ponen a Dios por testigo de la veracidad de sus palabras. Son su desdichado esfuerzo por contrarrestar la frase de los presentes: Seguro que eres de ellos.

La triple negación de Pedro significa la ruptura total con un Mesías que no ofrece resistencia a sus enemigos. La certeza de la muerte de Jesús que se avecina derrumba todo su horizonte. Esa muerte significa para Pedro el fracaso radical, el final absoluto. Al verla inevitable, reniega totalmente de Jesús, incluso como persona (no sé quién es), como si para él no existiera ni hubiese nunca existido. Se desdice por completo de su declaración mesiánica (8,29: "Tú eres el Mesías"). No conoce la identidad de Jesús, no ha asimilado lo que oyó en el monte de la transfiguración (9,7: "Éste es mi Hijo, el amado; escuchadlo"). Ni siquiera lo nombra, lo designa como a un hombre cualquiera (ese hombre).

En Getsemaní no hizo caso del aviso de Jesús: "Pedid no caer en la tentación" (14,38). Pedro no ha orado y por eso sucumbe a la prueba. Ha negado totalmente a Jesús ante los hombres para no poner en peligro su vida y, precisamente, esa negación es la que la pone en peligro: "Si uno se avergüenza de mí y de mis palabras ante esta generación idólatra y descreída, también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando llegue con la gloria de su Padre entre los ángeles santos" (8,38).

Los presentes no se ocupan más de Pedro. Después de haber negado toda conexión con Jesús y su grupo, aparece como inofensivo.

LA BIBLIA

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