En seguida, de mañana, llegados a un acuerdo, los sumos sacerdotes, con los senadores y los letrados, es decir, el Consejo en pleno...
Ha llegado la mañana y con ella, un nuevo día, el de la ejecución de Jesús, día que acabará, según el cómputo judío, con "la tarde" de su sepultura (15,42).
La sesión del Consejo ha durado toda la noche y las tres categorías que lo integran (los sumos sacerdotes, con los senadores y los letrados) han llegado a un acuerdo sobre cómo presentar la acusación a Jesús ante el gobernador romano de la manera más eficaz para obtener su condena a muerte. La insistencia de Mc, que enumera los tres estamentos y añade es decir, el Consejo en pleno, hace resaltar que la responsabilidad de lo que sucede es común a todos. El liderazgo, sin embargo, lo tienen los sumos sacerdotes (los sumos sacerdotes, con...). Éstos son los que dirigen la ofensiva contra Jesús.
El vocabulario y la construcción sintáctica de este pasaje están en estrecha conexión con los del final del episodio del hombre con el brazo atrofiado (3,6). He aquí las correspondencias en castellano y griego entre los dos textos:
3,6: y... enseguida 15,1: y en seguida
los fariseos con los herodianos los sumos sacerdotes con los senadores...
se pusieron a deliberar / maquinar llegados a un acuerdo
kai... euthys kai euthys
hoi pharisaioi...meta tôn hêrôdianôn hoi arkhiereis meta tôn preshyterôn...
symboulion eidoun symboulion poiêsantes
En ambos textos la deliberación o el acuerdo tiene la misma finalidad: buscar el modo de acabar con Jesús. El primero (3,6) señala el inicio de la hostilidad a muerte contra Jesús; el segundo (15,1), el momento culminante de la misma.
En efecto, en 3,6, se inicia la hostilidad activa contra Jesús y, por primera vez, se planea su muerte ("se pusieron a maquinar en contra suya, para acabar con él"). Dentro del ámbito de Galilea, la intención de eliminarlo es común a dos grupos: fariseos y herodianos, llevando la iniciativa los primeros. El motivo de esa hostilidad y de la conspiración contra él era la actuación de Jesús en la sinagoga con el hombre del brazo atrofiado, figura del pueblo sometido a la ley y, por ello, falto de iniciativa y creatividad (3,1-5 Lect.). Jesús desafía a los fariseos y ordena al hombre que extienda el brazo (3,5), mostrando así que, para él, el bien del ser humano está por encima de la Ley, que era el instrumento a través del cual los dirigentes tenían sometido al pueblo. Lo que Jesús quiere es la promoción humana del pueblo, liberándolo de la opresión de la Ley y del sometimiento a sus representantes.
En 15,1, se alcanza el objetivo final de la hostilidad, pues Jesús ya ha sido oficialmente condenado a muerte en Jerusalén por el Sanedrín: los tres grupos que lo componen (de los que los sumos sacerdotes llevan la iniciativa) han pronunciado unánimes la sentencia condenatoria (14,64). Así ha culminado la conspiración que comenzó a urdirse en Galilea, y se prepara el modo más rápido de obtener de Pilato la muerte de Jesús.
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