... y se puso a proclamar la buena noticia de parte de Dios.
La ida de Jesús a Galilea tiene por objeto una proclamación, cuyo contenido es <<el evangelio/la buena noticia de (parte de) Dios>>. En esta expresión hay que considerar varios aspectos.
En primer lugar, se trata de <<la buena noticia>>. La presencia del artículo indica que no es una buena noticia cualquiera, sino una ya conocida y esperada. Su fuente es Dios mismo. La denominación <<Dios>> tiene en Mc un alcance universal, pues designa al Creador de la humanidad entera. El pregón de Jesús enlaza así con el texto de Zac 14,9: <<El Señor va a ser rey de toda la tierra. Aquel día el Señor será único y su nombre único>>. Se amplía, por tanto, el ámbito de la proclamación de Juan: <<la buena noticia>> ha de ser causa de alegría para todos los hombres, no sólo para el pueblo judío.
Jesús transmite un mensaje de Dios, es decir, se presenta como profeta, aunque el lector ya sabe que es <<el Hijo de Dios>> (1,11) y que su obra y autoridad son las de Dios mismo. Jesús actúa en nombre de Dios y éste garantiza su anuncio. El mensaje de Jesús no tiene, pues, su origen en las ideologías existentes.
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