... le fueron llevando a todos los que se encontraban mal y a los endemoniados.
Como consecuencia de lo ocurrido en la sinagoga, se espera que Jesús dé solución a los problemas de tantos afligidos. Sin embargo, la precisión de la hora y la forma verbal que usa Mc (<<le fueron llevando/empezaron a llevarle>>) indican que los que llevan los enfermos a Jesús han estado aguardando a que termine el sábado; han esperado a la puesta del sol para no violar lo prescrito. La gente de Cafarnaún ha perdido la confianza en sus maestros (cf. 1,22 Lect.), pero sigue creyendo en su doctrina; para ellos, los principios de la institución conservan su validez; la enseñanza oficial sigue dominando.
De este modo, el sábado, tiempo sagrado y día de bendición (Gn 2,3), aparece de hecho como día de maldición que impide obtener la salud y la liberación: la enseñanza de los letrados lo ha convertido en impedimento para la vida. Por el contrario, para Jesús y los suyos no hay diferencia entre tiempo sagrado y profano, en casa de Simón, él ha remediado la situación de la suegra durante el sábado (1,31); en la casa, la necesidad de la persona pasaba por encima del sábado; en la ciudad, en cambio, el sábado está por encima del hombre y de su necesidad.
Aparecen de nuevo los colaboradores anónimos (<<le fueron llevando>>; cf. 1,30b: <<le hablaron de ella>>) que facilitan la labor de Jesús, dando por supuesta su voluntad liberadora. Como anteriormente en la casa de Simón y Andrés (1,30b), manifiestan su interés por el pueblo judío y su desgraciada situación. Esto confirma su pertenencia a ese pueblo. Su interés no hace excepciones; todo aquel que está en mala situación es llevado a Jesús: comprenden la universalidad de su programa liberador. Han respetado la obligación legal, mientras no lo habían hecho en casa de Simón y Andrés: no fuerzan la manera de pensar de aquellos a los que ayudan.
Llevan a Jesús dos clases de gente: <<los que se encontraban mal>> y <<los endemoniados>>. La primera expresión, utilizada en lugar de <<los enfermos>>, alude a Ez 34,4 (contra los pastores de Israel): <<No aliviáis a las (ovejas) que se encuentran mal>>, imagen de la indiferencia de los dirigentes ante el sufrimiento u la opresión del pueblo. La segunda expresión, <<los endemoniados>>, denota a los agitados por <<espíritus>>; como ha aparecido en el episodio de la sinagoga, se trata de fanáticos alienados por la ideología nacionalista y violenta, inaceptable para Dios (<<espíritus inmundos>>). Sin embargo, el hecho de que puedan ser llevados a Jesús muestra que son conocidos como endemoniados; es decir, <<endemoniado>> es aquel poseído por un espíritu inmundo que manifiesta habitualmente su actitud violenta y es conocido por ella.
Estas dos categorías sintetizan los modos principales de opresión: la social y la ideológica. Como preparación al reinado de Dios, el programa de Jesús incluye las dos liberaciones.
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