Los espíritus le rogaron: <<Mándanos a los cerdos para que nos metamos en ellos>>. Él se lo permitió.
El ruego de los espíritus muestra la superioridad de Jesús, portador del Espíritu de Dios (cf. v. 10).
Existe afinidad entre los espíritus inmundos y los cerdos, animales inmundos. El deseo de los espíritus de meterse en los cerdos (el poder opresor, también impuro) indica que la violencia de los oprimidos (<<Legion>>), reacción a la violencia de la sociedad, es del mismo género que la de los opresores. Muestra también que los cerdos, es decir, el poder opresor, es, en la comarca, el lugar impuro por excelencia. El hombre había hecho suyas las categorías violentas del sistema de poder-dinero y así participaba de su impureza.
Es la única vez que Mc señala el lugar de destino de los espíritus expulsados por Jesús. Es claramente un recurso narrativo del evangelista para conectar la destrucción de los cerdos con la salud del hombre. Indica con ello las consecuencias que van a tener para el sistema opresor, representado por la piara, la nueva libertad y la renuncia a la violencia de los oprimidos.
La descripción que hace Mc tiene dos aspectos: Señala, en primer lugar, que la destrucción que va a seguirse no es fortuita, sino consecuencia de la acción de Jesús (o de su mensaje) sobre el hombre; para ello hace que los espíritus reconozcan no poder entrar en los cerdos por propia iniciativa, sino solamente si Jesús los envía. Pero, en segundo lugar, hace notar que Jesús no los envía, sino que simplemente no se opone: deja a los espíritus cumplir su deseo y entrar en los animales; expresa de este modo que la ruina de los opresores no va a ser efecto pretendido por Jesús para esta ocasión particular, sino consecuencia inevitable de la eficacia de su mensaje en todo tiempo.
La estrategia de Jesús frente al poder opresor no consiste, pues, en enfrentarse violentamente con él, sino en comunicar al oprimido una libertad y autonomía que lo hacen independiente de las estructuras injustas del sistema.
Existe un paralelo entre este pasaje y 3,27: respecto a la institución religiosa judía, el propósito de Jesús era dejarla vacía, sacando de ella a sus adictos, es decir, quitarle la base popular; ahora se propone quitar la base al poder económico. La liberación definitiva de cualquier sistema opresor pasa por la libertad personal y la maduración humana de los oprimidos.
La liberación va a efectuarse sin salir de Gerasa, como lo pedía el hombre. Jesús no crea su alternativa fuera de la sociedad, sino dentro de ella.
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