lunes, 1 de enero de 2024

Mc 5,3-4

 Éste tenía su habitación en los sepulcros y ni siquiera con cadenas podía ya nadie sujetarlo; de hecho, muchas veces lo habían dejado sujeto con grillos y cadenas, pero él rompía las cadenas y hacía pedazos los grillos, y nadie tenía fuerza para domeñarlo.

Se describe la situación del poseído. Los términos <<cementerio (sepulturas)/sepulcros>> aparecen tres veces en la narración (vv. 2.3.5), indicando su importancia. Pero el uso de dos términos diferentes con el mismo significado insinúa, como en otros casos de Mc la existencia de un sentido figurado.

De hecho, la perícopa está redactada sobre el trasfondo de Sal 67/68,6-7 LXX. Ateniéndose al salmo, <<habitar los sepulcros>> denota una actitud de rebeldía y clandestinidad un estado de muerte en vida. Para Mc, está provocado por el <<espíritu inmundo>>: el espíritu de violencia se traduce en rebeldía, que obliga a la clandestinidad en condiciones infrahumanas.

Es de notar el énfasis de la frase negativa: <<y ni siquiera con cadenas podía ya nadie sujetarlo>> Antes había estado sujeto, pero todos fracasan en el intento de sujetarlo de nuevo. Hay repetidos conatos de privar de libertad a este hombre. El texto distingue entre cierta gente que intenta someterlo y el individuo que no acepta ser sometido: hay, pues, una clase dominante y otra dominada y, en ésta, algunos se han rebelado contra la situación de esclavitud. Pero los dominadores no toleran que la clase dominada intente obtener la libertad.

Los miembros de la clase dominante han reaccionado violentamente con objeto de reducir a este hombre a la impotencia, no con intención de integrarlo, sino para tenerlo sujeto. Han usado todo género de medios represivos (<<grillos y cadenas>>). No les interesa el bien de este hombre, sino su propio dominio. La condición a que está reducido muestra a la vez la crueldad y el fracaso de los dominadores.

Las cadenas y los grillos eran propios de esclavos. Los grillos, en particular, se ponían a los prisioneros de guerra reducidos a la esclavitud.

Se describen esfuerzos reiterados de los dueños para someter a los esclavos, representados por este individuo. No hay lucha organizada, sino rebeliones individuales. El vocabulario es guerrero, los dueños tratan de <<vencer>> (<<domeñarlo>>), es decir, de reducir de nuevo a la esclavitud al rebelde.

La clase dominante está presentada en el texto como una colectividad tan anónima que ni siquiera figura como sujeto de las acciones represivas. Esta imagen desdibujada corresponde al hecho de que esta clase, como aparecerá después, no es más que instrumento y cómplice del poder romano, que domina el país. Considera al rebelde un enemigo, un animal salvaje (<<domeñarlo, domarlo>>) y como a tal lo ha tratado. Pero él, con su propia fuerza física, ha sacudido la sujeción y ha obtenido una libertad inútil.

LA BIBLIA

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