En seguida obligó a sus discípulos a que se montaran en la barca y fueran delante de él al otro lado, en dirección a Betsaida, mientras él despedía a la multitud.
Con una fuerza que supone una resistencia (<<obligó>>), Jesús aleja inmediatamente a los discípulos de la multitud; contra lo que ellos desean, evita que sigan en contacto con ella. Los discípulos, que no habían estado con él en la acogida ni durante la enseñanza (vv. 34s), tampoco lo estarán en la despedida. Una vez que la multitud ha recibido el Espíritu con la aceptación del pan y el propósito de seguir compartiendo, no debe volver a experimentar el influjo de los discípulos, que no han cambiado de mentalidad.
Con esta separación terminante, Jesús impide que los discípulos susciten en la gente un entusiasmo que pretenda hacer de él un líder popular, como sucedió al principio en Cafarnaún (1,35-38). Allí fue la población de la ciudad la que tomó la iniciativa, adhiriéndose a la postura reformista de los discípulos; ahora el peligro viene directamente de ellos, el nuevo Israel, que pretenden restaurar la gloria del pueblo judío.
El viaje en barca es figura de la misión con los paganos (4,35 Lect.). Jesús envía a los discípulos a Betsaida, en la orilla norte del lago, más allá del Jordán, fuera de los límites de Israel. Ante el fracaso del envío anterior (6,30-33) y la incomprensión del mensaje que acaban de mostrar, deben ir ahora directamente a territorio no judío (cf. 4,35-5,1) para ver si se abren a la universalidad del mensaje y de la misión.
Jesús va a despedir a la multitud, cuya única reacción ha sido recoger las sobras de pan para continuar el reparto: los que tienen el Espíritu no interpretan la figura de Jesús como la de un líder político. Al principio del episodio, la multitud había acudido para encontrarse con el grupo (cf. 6,33), identificando la posición de Jesús con la que los discípulos habían propuesto en su actividad. Sin embargo, lo mismo que entonces había acogido Jesús a la multitud él solo para enseñarles (6,34), quiere ahora despedirla, una vez llevado a la práctica el contenido de su enseñanza.
Estos <<hombres adultos>> han comprendido la propuesta de Jesús. Han aceptado el mensaje y ahora, por su iniciativa personal, han de continuar viviéndolo y difundiéndolo. Jesús les deja libertad de acción.
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