Pedro empezó a decirle: <<Pues mira, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos venido siguiendo>>.
La construcción <<Pedro empezó a decirle>> recuerda 8,32, cuando <<Pedro empezó a conminar>> a Jesús. Este discípulo se hace de nuevo representante y portavoz del grupo (<<nosotros, etc.>>), aquí para aducir sus méritos e, implícitamente, para reivindicar sus derechos. No se conforma con el principio enunciado por Jesús; quiere saber lo que les va a tocar a ellos y espera que no sea la miseria, según los temores expresados en la pregunta anterior de unos a otros (v. 26: <<Entonces, ¿quién puede subsistir?>>).
Atribuye al grupo dos méritos: haberlo dejado todo, que responde a la verdad (1,18-20) y haber seguido siempre a Jesús, que, como se ha ido viendo a lo largo de los episodios precedentes, no responde a la verdad: los discípulos acompañan a Jesús materialmente, pero sus actitudes están muy lejos de las de él (8,32; 9,10.32.34; 10,13). Afirma Pedro que los integrantes del grupo (<<nosotros>>) han cumplido las condiciones que Jesús ha exigido al rico, es decir, las condiciones para entrar en el Reino. La afirmación es un desafío a Jesús, quien acaba de decir que la subsistencia no será problema. Pedro espera una aclaración, un compromiso concreto de Jesús respecto al porvenir del grupo.
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