Se les había olvidado coger panes y no tenían con ellos más que un pan en la barca.
La escena se desarrolla en la travesía desde tierra judía (v. 10: Dalmanuta) a tierra pagana (v. 22a: Betsaida), después del encuentro con los fariseos. El tema de la narración está indicado por la repetición del término <<pan/panes>> (cinco veces: vv. 14.16.17.19) y de los relacionados con él, <<levadura>> (dos veces: v. 15) y <<trozos>> (dos veces: vv. 19.20).
El olvido de los discípulos no puede estar en relación más que con la escena anterior, porque en el reparto ellos habían distribuido a la multitud todo lo que tenían. Su intención era, por tanto, proveerse de panes (doctrina) en territorio judío; es decir, después del contacto con los paganos, reafirmarse en el ideal de la restauración gloriosa de Israel: no concebían ir a territorio extranjero sin llevar con ellos el bagaje ideológico del judaísmo.
La experiencia del reparto en tierra pagana no les ha cambiado las ideas; siguen en la mentalidad de siempre: una vez más pretenden acercarse a los paganos con los principios judíos. Sin embargo, para este viaje con Jesús no hay en la barca más que un único pan, el del mensaje universalista que Jesús ha propuesto a las multitudes judía y pagana, poniendo fin al privilegio de Israel y a la superioridad del pueblo elegido. Éste es el único pan necesario para la misión cristiana, pero a ellos no les basta: consideran indispensable ir provistos de los panes/principios judíos.
En los dos repartos hechos por Jesús, el número <<siete>> (6,38; cinco + dos; 8,5: siete) era símbolo de totalidad. Un solo pan es el símbolo de la unidad que iguala a judíos y paganos e implica la comensalidad de todos en el Reino: el mismo pan ha de alimentar a todos los hombres; todos están llamados a formar parte de la sociedad nueva o reino de Dios, a participar de la misma mesa. Este pan no es pagano ni judío, sino universal: es el pan de Jesús, el que da la identidad a sus seguidores, el mensaje de la libertad, igualdad, solidaridad y servicio mutuo. Es un pan fecundo, capaz de alimentar y saciar a todos.
En paralelo con las travesías anteriores (4,35-5,1; 6,47-53), hay en ésta un mal espíritu, representado primero por la intención de los fariseos de tentar a Jesús por la preocupación de los discípulos por la falta de panes.
Como puede apreciarse, el olvido de los panes es un artificio literario del evangelista para expresar que a la comunidad cristiana, para su vida y su misión, le basta con el pan/mensaje de Jesús. Mc pone al descubierto la actitud de los discípulos: a pesar de la postura de Jesús ante el acoso de los fariseos en Dalmanuta, siguen con los mismos ideales nacionalistas que Jesús acaba de rechazar. Así prepara Mc la advertencia siguiente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario