Contestó Pedro diciéndole: <<Tú eres el Mesías>>.
Jesús ha preguntado a todos, pero esta vez no responden todos, sino sólo Pedro, que se hace representante y portavoz del grupo entero.
Pedro expresa la misión histórica de Jesús según la idea que el grupo tiene de él. Es la segunda vez que aparece en Mc la denominación <<Mesías>>: la primera fue en el título de la obra, sin artículo y calificado por la determinación <<Hijo de Dios>>, también inarticulada (1,1: <<Jesús, Mesías, Hijo de Dios>>). Mc definía así la misión (<<Mesías>>) de Jesús, que dimana de su ser (<<Hijo de Dios>>); al mismo tiempo, la falta de artículo indicaba que ni la misión mesiánica ni la calidad de Hijo de Dios son exclusivas de Jesús, sino que son participadas por los que lo siguen, como Mc lo señaló más tarde, anunciando el don del Espíritu (1,8).
Pedro, en cambio, usa el término en forma articulada: <<el Mesías>>, que denota exclusividad y unicidad. Para él, el Mesías es un individuo singular que no comparte su misión con ningún otro. Es el Mesías de la tradición judía, representante del poder de Dios en el pueblo y en la humanidad.
Falta, además, en la respuesta de pedro la determinación <<Hijo de Dios>> (1,1), que da su sentido universal al mesianismo de Jesús (cf. 4,11: el secreto del reinado de Dios, su amor universal). En boca de Pedro, por tanto, la expresión <<el Mesías>> remite al concepto mesiánico de la tradición judía, al de Mesías nacionalista, <<el Hijo de David>> (cf. 10,47.48; 12,35).
La respuesta de Pedro representa, pues, un avance sobre la opinión de la gente, pero aún es inadecuada, pues no integra el sentido de las obras realizadas por Jesús. La conclusión a que ha llegado el grupo de discípulos, representado por Pedro, demuestra su fuerte apego a la tradición judía. No se han liberado de la ideología religiosa oficial: esperan que Jesús sea rey de Israel, liberador del pueblo, triunfador sobre los paganos y restaurador de la gloria de la nación. Aunque habían percibido la calidad de <<los hombres>> (8,24: <<como árboles>>), no se separan de la concepción mesiánica de éstos.
Fracasa, pues, el propósito de Jesús, expresado en la restitución de la vista al ciego. Quería que los discípulos se dieran cuenta de la falsedad de la idea mesiánica de <<los hombres>>, que les impedía reconocerlo por Mesías, pero los discípulos han comprendido sólo en parte; reconocen en Jesús al Mesías, pero no en los términos que él ha propuesto, sino proyectando en él el ideal mesiánico del judaísmo, el de <<los hombres>>.
El uso del presente histórico al introducir la respuesta de Pedro (lit.: <<respondiendo dice>>), insinúa que esta idea mesiánica continúa vigente en el grupo de discípulos cuando Mc escribe su evangelio.
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