Al enterarse, los otros diez dieron rienda suelta a su indignación contra Santiago y Juan.
Como Santiago y Juan se habían acercado a Jesús para exponerle su pretensión, separándose del resto del grupo, los otros diez no han estado presentes en el momento de la petición, pero se enteran de ella (Al enterarse) y reaccionan con ostensible indignación (dieron rienda suelta a su indignación). La pretensión de los Zebedeos de asegurarse los primeros puestos en el futuro reino mesiánico que todos esperan, supone para los otros diez un duro golpe a sus ambiciones personales: también ellos aspiran a los mismo. De ahí, su reacción.
En consecuencia, el deseo de poder y gloria de los dos hermanos hace estallar la indignación de los otros diez y crea división en el grupo. La mención de "los diez", por oposición a "los dos" (v. 35), recuerda el cisma de las tribus del antiguo Israel (1Re 12). Como antaño, también ahora la ambición de algunos rompe la unidad del nuevo Israel. Pero esa ambición es común a todos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario