domingo, 7 de abril de 2024

Mc 10,48

 Muchos le conminaban a que guardase silencio, pero él gritaba mucho más: <<Hijo de David, ten compasión de mí>>.

Aparece inesperadamente un numeroso grupo (muchos) que va con Jesús, pero que no se identifica con la considerable multitud que lo acompañaba a la salida de Jericó, pues la designación muchos tiene un ámbito más restringido que la gran multitud, y ésta no ha vuelto a mencionarse en el episodio.

Los muchos quieren impedir que el ciego se dirija a Jesús como "Hijo de David" y que, en calidad de tal, le haga una petición. El modo como expresa el evangelista la oposición de estos muchos al ciego es le conminaban, verbo característico de las expulsiones de espíritus inmundos por Jesús (1,25; 3,12; 4,39; 9,25). Los muchos están actuando, por tanto, como hacía Jesús: consideran que el grito del ciego equivale a la manifestación de un espíritu inmundo, es decir, contrario al plan de Dios.

También el verbo "guardar silencio", como orden, ha sido usado exclusivamente por Jesús dirigiéndose al viento, figura del mal espíritu de los discípulos durante la travesía del lago (4,39 Lect.). Los muchos siguen actuando como Jesús. No toleran que se le identifique de esa manera, contraria a como él se presenta y actúa. Además, quizás quieran evitar que ese grito inflame los ánimos de la multitud.

Pero el ciego no hace caso de la conminación; continúa gritanto (¡Hijo de David, ten compasión de mí!), aunque esta vez suprimiendo el nombre propio "Jesús". No ve en él siquiera a la persona, sino sólo el papel histórico que le atribuye: el salvador político-militar de Israel. El ideal de líder reformista y nacionalista, que los discípulos/los Doce proyectan en Jesús, es el que los ciega, pero ellos no se dan cuenta. Piden ayuda, pero aferrándose a la causa de su ceguera; creen que la ayuda sólo puede venirles del Mesías davídico. En realidad, la petición del ciego corresponde a la de los Zebedeos (10,37: "que nos sentemos... el día de tu gloria"); al percibir que pasa la comitiva y que él, por su situación, no puede incorporarse a ella, teme ser excluido del triunfo de Jesús y pide ser asociado a él. Los discípulos/el ciego no desean otra cosa más que asegurarse su relevante participación en el triunfo que esperan de jesús.

LA BIBLIA

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