Mayor que éstos no hay ningún otro mandamiento.
Con esta declaración final relativiza Jesús todos los demás mandamientos y preceptos, que aparecen como secundarios, accesorios, dispensables. Son los dos que ha mencionado los que deben regular la vida del israelita; ninguna otra práctica es esencial. Jesús echa así abajo la pretensión de muchas piedades religiosas, entre ellas la farisea, que se imaginaban honrar a Dios mientras se olvidaban del hombre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario