sábado, 18 de mayo de 2024

Mc 12,36

 <<David mismo, movido por el Espíritu Santo, dice: "Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha, hasta que ponga a tus enemigos bajo tus pies">>.

Jesús va a refutar la doctrina de los letrados mediante un texto de la Escritura, con palabras atribuidas a David mismo. Cita el Sal 110,1, texto bien conocido, del que Jesús afirma que fue pronunciado bajo la inspiración del Espíritu, lo que equivale a decir que refleja el designio de Dios (8,33).

El texto del salmo habla de la entronización (siéntate) celeste de un personaje (mi Señor) hecha por Dios mismo (el Señor), quien le confiere la condición divina (a mi derecha). Su realeza es la misma de Dios, y éste se encarga de someterle sus enemigos (hasta que ponga tus enemigos bajo tus pies). Esta última frase está en relación con 12,9, donde se describía la intervención del dueño de la viña (Dios), que acabaría con los labradores asesinos (Israel y, en particular, sus dirigentes).

El texto citado, si se interpreta mesiánicamente, como hace Jesús, afirma que el Mesías (mi Señor), al estar sentado a la derecha de Dios (el Señor), tiene su misma autoridad y está investido de la realeza divina. Su función no será someter por la fuerza a sus adversarios, como hacen los poderosos de este mundo. Será Dios mismo el que con la potencia de su amor los derrotará.

LA BIBLIA

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