<<Pero aquel que resista hasta el fin, ése se salvará>>.
El colofón de la unidad se presenta en forma de un enunciado general que afecta a cada individuo. La salvación representa un estado definitivo, cuya inauguración se expresa con el verbo se salvará. Desde la derrota y la muerte se pasa al triunfo y la vida. Se entra en el tiempo utópico, "el fin", pero a nivel individual, no social.
Nunca habla Jesús a sus seguidores de un programa de "salvación"; ésta se menciona (vida definitiva) como el desenlace natural de la adhesión a él y de la proclamación de la buena noticia (8,35). Perder la vida por esa causa no es un fracaso, sino un triunfo sobre la muerte. Pero esto no se propone como premio o meta, sino como dato objetivo o consecuencia necesaria. Para el seguidor, por tanto, lo que centra su atención es realizar su tarea sin temor ni a la misma muerte.
La expresión hasta el fin indica la culminación de la constancia, que se opone a la inconstancia de los que no tienen raíz (4,17), de los que fallan en el momento de la dificultad o persecución por el mensaje.
La presencia del término "fin" (gr. telos) crea una serie de correspondencias con el contexto anterior. En 13,7 aparecía determinado, con el artículo ("el fin") refiriéndose a la concepción judía de la salvación colectiva. Aquí, aparece (en griego) sin artículo, indicando que esta mención no remite a la anterior: se trata de un nuevo "fin", que no entraba en el horizonte de la pregunta inicial (13,4).
Si, para los discípulos, "el fin" significaba la salvación que sobrevendría en medio de la ruina de la nación israelita, este nuevo "fin" posee también el doble aspecto de ruina y salvación: es el momento de la persecución y de la muerte, el de la ruina aparente del discípulo, el que señala la salvación definitiva. La constancia en la entrega llevará al seguidor a su completa maduración, a la plenitud de vida para siempre.
Cambia, pues, el carácter del "fin", destinado no ya a Israel, sino a la humanidad entera. Los agentes de la proclamación son los seguidores de Jesús, entre ellos los discípulos. Éstos no llegarán a presenciar el "fin" de la humanidad como tal, pero llegan a un "fin" individual que, en su aspecto de salvación, se identifica con la vida más allá de la muerte. El "fin" colectivo resulta así la síntesis de los "fines" individuales, que se van realizando en la entrega personal y aparecen como la culminación de la vida y actividad de cada seguidor.
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