Pero Jesús se puso a decirles:
Lo único notable en esta frase es el empleo de la perífrasis incoativa "se puso a" (gr. êrxato legein) en lugar de la forma simple "les dijo" (gr. eipen o elegen). En pasajes donde Jesús se dirige a los discípulos, esta perífrasis se encuentra otras dos veces en el evangelio (8,31; 10,32). La primera vez se emplea para indicar el comienzo de su enseñanza (êrxato didaskein) sobre el destino de "el Hijo del hombre", expresión que Jesús aplica a sí mismo pero que es extensiva a los que le dan su adhesión.
Aparece por segunda vez en 10,32 ("otra vez se llevó consigo a los Doce y se puso a decirles lo que estaba para sucederle"). No se trata de enseñanza, sino de información (êrxato legein), y concierne sólo a su persona. En este pasaje describe, pues, Jesús el destino del Hijo del hombre, que ha enseñado en 8,31, en lo que toca a él mismo.
Por tercera y última vez aparece en 13,5a. En todo el discurso que sigue no se menciona la muerte-resurrección de Jesús, ya sucedida en el pasado. En cambio, Jesús va a tratar ampliamente de la suerte de sus discípulos, describiéndola con rasgos paralelos a los de su pasión (cf. vv.9-13). Va a exponerles cómo también en ellos va a realizarse el destino del Hijo del hombre, siendo fieles al seguimiento y a la misión que éste incluye.
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