martes, 2 de julio de 2024

Mc 14,13

 Él envió a dos de sus discípulos diciéndoles: <<Id a la ciudad. Os saldrá al paso un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidlo>>...

Todos los discípulos le han hecho la pregunta. Jesús envía dos a la ciudad, el centro que domina al pueblo con su ideología y su aparato institucional (no aparece ya el nombre de Jerusalén), como antes había enviado dos discípulos a "la aldea", subordinada a ella (11,2).

Para que lleguen al lugar donde Jesús va a celebrar su Pascua, les da una señal: les saldrá al paso un hombre que, contra la costumbre, lleva un cántaro de agua. Sin pronunciar palabra, ellos deben seguirlo. El hombre sabe lo que tiene que hacer, conducir a los discípulos a un lugar determinado.

Hay en estas instrucciones varias marcas que insinúan un sentido figurado. En primer lugar, que el hombre lleve un cántaro, cosa inverosímil, pues esto era propio de mujeres. Los hombres llevaban odres con agua, vino u otro líquido. En segundo lugar, que se indique que el cántaro es de agua, un dato superfluo puesto que no podía verse su contenido. Bastaba la mención del recipiente.

Los dos datos: lo insólito de que un hombre lleve un cántaro y el hecho de que su figura se defina como un portador de agua, invitan a pensar que el hombre del cántaro de agua representa a Juan Bautista, el que proclamó el bautismo en agua como señal de enmienda (1,4) y el único personaje en este evangelio que va asociado al agua (1,8: "Yo os he bautizado en agua, él os bautizará con Espíritu Santo").

Pero hay, además, otro indicio que confluye hacia esta interpretación. El uso del verbo "preparar" (gr. hetoimazô, vv. 13b.15b.16) recuerda la exhortación profética citada por Mc en 1,3: "Preparad el camino del Señor, enderezad sus senderos", y explicada a continuación en 1,4 por aceptar el bautismo en señal de enmienda proclamado por Juan.

Toda esta parte del relato tiene así sentido figurado: el hombre que lleva el agua alude a Juan Bautista, el que bautizaba con agua (1,8), como señal del cambio de vida. "Seguir al hombre del cántaro" significa que los discípulos tienen que romper con su pasado,. Han acompañado a Jesús aferrados a la mentalidad del judaísmo; como no se desprendan de ella, no podrán participar de la Pascua que él va a celebrar. Si no siguen al hombre del cántaro (Juan Bautista), es decir, si no se enmiendan, no llegarán al local ni podrán preparar la cena. Tienen que pasar por Juan para llegar a Jesús.

En el encargo a los discípulos, Jesús no menciona el sacrificio del cordero ni nada perteneciente al ritual judío de la cena.

En este punto hay que examinar el paralelo de este envío con el descrito antes de la entrada en Jerusalén, cuando Jesús envió dos discípulos para que buscasen el borrico (11,13-16). He aquí los paralelos textuales:

11, 1 envió a dos de sus discípulos   14, 13 envió a dos de sus discípulos

      2 y es dijo:                                               y les dijo

         Id a la aldea                                          Id a la ciudad

         y encontraréis                                       y os saldrá al encuentro...

      3 decid                                                     decid

         el señor...                                          14 el maestro...

      4 y se marcharon                                 16 y salieron

         y encontraron                                         y encontraron

      6 como había dicho Jesús                        como les había dicho

         y                                                             y

Como se ve, los dos episodios están construidos siguiendo el mismo esquema. Esto indica que Mc quiere transmitir con ellos mensajes paralelos o complementarios. En el primero, los discípulos debían ir a la aldea (ambiente popular sometido ideológicamente a "la ciudad") a aprender desde la Escritura la calidad pacífica del mesianismo de Jesús, según la profecía de Zac 9,9, representada por el borrico atado (11,2 Lect.). Como ha quedado patente en varios episodios posteriores (11,20-27a; 12,41-43; 13,1-4; 14,3-9), el propósito de Jesús fracasó.

Por eso, en el segundo envío han de ir a "la ciudad" (el centro del sistema que impone la ideología, cf. 11,1 Lect.) a aprender lo que significa el seguimiento de Jesús. Tienen que dejarse llevar por Juan Bautista, el precursor del Mesías, que les propone la enmienda (metanoia), es decir, la ruptura con el espíritu nacionalista judío, para preparar el camino de Jesús (1,3) y poder seguirlo.

En el plano narrativo, el encuentro con el hombre del cántaro aparece como una señal; en el plano teológico, como una exhortación a los discípulos.

Hay que notar de nuevo los dos presentes históricos que usa aquí Mc: "envía" (traducido:; envió) y "les dice" (traducido: diciéndoles). El evangelista vuelve a insinuar que, todavía en su tiempo, los discípulos no han renunciado a sus ideales judíos.       

LA BIBLIA

No hay comentarios:

Publicar un comentario

APÉNDICES - MARCOS

El final abrupto de Mc y la omisión de toda aparición del Resucitado a sus discípulos dio pie, ya en el siglo II, a la adición de apéndices ...