sábado, 13 de julio de 2024

Mc 14,37

 Se acercó, los encontró dormidos y dijo a Pedro: <<Simón, ¿estás durmiendo? ¿No has tenido fuerzas para mantenerte despierto ni una hora?>>

A partir de este momento, el tema de la perícopa va centrándose más en la actitud de los discípulos que en la angustia y oración de Jesús.

Jesús vuelve al lugar donde están los tres discípulos. A pesar de su exhortación anterior (v. 34: <<manteneos despiertos>>), los encuentra dormidos. <<Dormir>> equivale a desentenderse de la situación, renunciar a la actividad, no estar dispuestos a la entrega (13,36); en este momento particular, significa negarse a ser interpelado por la muerte de Jesús, no querer ver en el destino de Jesús el prototipo del de todo seguidor y, en fin de cuentas, renunciar al seguimiento. Los discípulos no se muestran a la altura de las circunstancias.

Jesús se dirige a Pedro llamándolo por su nombre (Simón), no con el sobrenombre que él mismo le impuso (<<Piedra / Pedro>>), y que denotaba su obstinación. Le hace ver su debilidad (¿no has tenido fuerzas, etc.?); el que se jactaba de ser capaz de todo por fidelidad a Jesús (14,31) no lo ha sido de realizar el mínimo que él le ha pedido: no ha logrado mantenerse despierto ni siquiera una hora. Estar en vela no lo ponía en peligro y, sin embargo, no lo ha cumplido. Jesús no expresa juicio de valor; sencillamente le pone delante su comportamiento.

Pedro no replica; ante este hecho no tiene respuesta. Es el más responsable de la situación, por haber arrastrado a los demás con sus bravatas (14,31).

Aunque los tres son testigos del estado de abatimiento en que Jesús se encuentra (vv. 33-34), no muestran interés ni solidaridad con él. Cierran los ojos a lo que ven y no comprenden el significado de la crisis. En realidad, no tienen verdadera adhesión a este Jesús abatido, sino al Mesías glorioso que ellos imaginan.

Cuando Jesús les anunció la deserción de todos ellos, mostraron su susceptibilidad y su amor propio (14,27-31). Ahora que Jesús sufre y muestra su propia debilidad, se quedan indiferentes ante ella y no reaccionan. La ideología les hace perder los sentimientos humanos.

Los verbos están en presente histórico (se acerca, los encuentra dormidos y dice a Pedro). Mc sigue insistiendo en que la actitud de los discípulos continúa igual cuando él escribe su evangelio.

LA BIBLIA

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