jueves, 1 de agosto de 2024

Mc 14,61b

 El sumo sacerdote lo interrogó de nuevo, preguntándole: <<¿Tú eres el Mesías, el Hijo del Bendito?>>

Ante el silencio de Jesús, el sumo sacerdote se ve obligado a hacer la pregunta clave. Formula la declaración que desea oír de Jesús, la que esperaba que él mismo pronunciara. El pronombre Tú, que encabeza la pregunta, puede tener un matiz despectivo. La precisión el Hijo del Bendito alude al Sal 2,7 ("Hijo mío eres tú"), texto que se aplicaba al rey de Israel y luego al Mesías (= Ungido). "Ungido" lo era también el sumo sacerdote, por eso, para evitar confusiones, añade éste la alusión al salmo.

La filiación expresada en el salmo era metafórica, basada en la semejanza del rey, como jefe y juez de la nación, con Dios, concebido como soberano y juez supremo. El sumo sacerdote pregunta a Jesús si pretende ser el Mesías-rey de Israel, reproduciendo casi a la letra la fórmula que aparece en el título del evangelio (1,1: "Mesías, Hijo de Dios"). No cabía preguntarle a Jesús si era el Mesías-hijo de David, porque él había refutado esta doctrina en el templo (12,35-37).

El sumo sacerdote hace la pregunta decisiva; pero no con intención de reconocer al Mesías, sino buscando un pretexto para darle muerte. Si Jesús responde afirmativamente, su declaración bastaría para acusarlo ante Pilato como agitador y subversivo.

La introducción a la pregunta del sumo sacerdote se encuentra en presente histórico (preguntándole, lit. "y le dice"). Mc presenta así la duda del judaísmo de su tiempo ante la figura de Jesús. A pesar del rechazo, queda la inseguridad (¿Tú eres...?).

LA BIBLIA

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