lunes, 12 de agosto de 2024

Mc 15,35-36

 Algunos de los presentes, al oírlo, dijeron: <<Mira, a Elías está llamando>>. Uno echó a correr y, empapando una esponja en vinagre, la sujetó a una caña y le ofreció de beber, diciendo: <<Dejad, a ver si viene Elías a descolgarlo>>.

El término "los presentes" designaba antes a los que, en el patio del sumo sacerdote, acusaban a Pedro (14,69.70); ahora, a los que están junto a la cruz y, por su reacción, son enemigos del crucificado. El texto no determina la identidad ni de los que se burlan de las palabras de Jesús (Algunos de los presentes, al oírlo, dijeron...), ni del que le ofrece de beber vinagre (Uno... le ofreció de beber). Los primeros, por su conocimiento de la persona de Elías, parecen ser judíos; el segundo, por la bebida que le ofrece, podría ser un soldado. Pero Mc no especifica nada de esto. Como se ha notado, en todo el episodio del Calvario deja ambigua la calidad de los agentes sin distinguir entre judíos y paganos. La humanidad en su conjunto está crucificando a Jesús, y por ella se derrama su sangre (14,24: "que va a ser derramada por todos")

La escena compendia de algún modo los ultrajes anteriores, pues reúne la burla de palabra y la crueldad en la acción. En primer lugar, los presentes, en son de mofa, interpretan las palabras de Jesús como si fueran una llamada a Elías, para que acuda en su exilio. Según el relato legendario (2/4 Re 2,11), Elías fue arrebatado al cielo en un carro de fuego. En el judaísmo se especuló mucho sobre la vuelta del profeta, que, según la doctrina de los letrados (9,11), debía preceder la llegada del Mesías para preparar su triunfo (cf. Mal 3,23). En vista de que los siglos pasan y Elías no retornaba, la mención de su vuelta ("cuando vuelva Elías") pasó a ser proverbial para indicar un suceso que no llegaría nunca.

Este es el trasfondo del dicho de los presentes. Ven en el grito de Jesús la confesión de su fracaso como Mesías y el deseo de ser liberado del suplicio. Al interpretar las palabras de Jesús como una llamada a Elías, quieren transmitir al crucificado que toda esperanza es vana. Se ríen de su grito: no hay salida a su situación.

Uno de los presentes, en nombre de todos los que se burlan del crucificado, pasa a la acción: empapa de vinagre una esponja y la sujeta a una caña para dar de beber a Jesús. ¿Qué pretende con su gesto?, ¿prolongar el suplicio del crucificado, dándole tiempo, irónicamente, a que intervenga Elías? o ¿acelerar su muerte, dándole de beber?. Más bien, parece que esto último: con su ofrecimiento pretendería poner fin a la vida de Jesús, sin darle tiempo a esperar nada. En todo caso, está claro que no se trata de un acto de compasión, sino de un gesto de oprobio, que recuerda, de algún modo, las palabras del Sal 69/68,22b: "para mi sed me dieron a beber vinagre". Con esta probable alusión, insiste Mc en presentar a Jesús crucificado como el justo sufriente por excelencia.

Junto con su gesto, el individuo en cuestión repite la burla sobre Elías (<<Dejad, a ver si viene Elías a descolgarlo>>), como diciéndole a Jesús, de modo sarcástico, que no va a tener tiempo de esperar quien lo socorra; quiere darle la última prueba de su impotencia, fracaso y abandono. Unos y otros, en vez de mostrar algún atisbo de piedad ante el grito desgarrador de Jesús, se ceban en la última crueldad y desean su fin; no hay compasión en estas tierra para él.

Jesús no llega a beber, no acepta que otros le quiten la vida; a pesar de las apariencias, él es quien la ofrece voluntariamente.

                                    Muerte de Jesús y sus efectos

Para interpretar adecuadamente los vv. 37-39, que describen la muerte de Jesús y sus efectos, hay que tener en cuenta el estrecho paralelo que establecen con la escena del bautismo de Jesús (1,10-11).

Los elementos análogos en ambos pasajes son tres, dispuestos en orden inverso (a, b, c, c´, b´, a´); cada terna acaba con una declaración de sentido coincidente acerca de Jesús (d, d´).

1,10-11: En el Jordán (COMPROMISO ASUMIDO)

a) vio (Jesús)

b) rasgarse (el cielo)

c) bajar el Espíritu (hasta él)

d) voz (del cielo): <<Tú eres mi Hijo>>.

15,37-39: En la cruz (COMPROMISO CUMPLIDO)

c´) (Jesús) exhaló su espíritu (v. 37)

b´) se rasgó (v. 38) (la cortina del santuario)

a´) viendo (v. 39) (el centurión)

d´) dijo: <<Este hombre era Hijo de Dios>>.

La comunicación del Espíritu, que, en el Jordán, procediendo de Dios, tuvo como destinatario a Jesús (c), procede ahora de Jesús y tiene por destinatario la humanidad entera (c´). Veamos los detalles en el comentario a cada versículo.

LA BIBLIA

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