domingo, 23 de junio de 2024

Mc 13,35

 <<Por tanto, manteneos despiertos, que no sabéis cuándo va a llegar el señor de la casa -si al oscurecer o a medianoche o al canto del gallo de mañana->>

La expresión el señor de la casa está en paralelo con "el señor/dueño de la viña" (12,9). La imagen de la viña/reino de Dios queda sustituida por la de la casa/familia-reino de Dios. El Reino se va construyendo en un plano humano universal (casa-hogar), no étnico ("casa de Israel") ni religioso-institucional (templo).

El pasaje tiene un marcado carácter a la vez personal y comunitario. La imagen de "la casa-familia" señala la unidad del grupo y el vínculo que une a sus miembros. La común capacitación con la "autoridad" de Jesús y la común condición de "siervos" señalan la igualdad que rige dentro del ámbito comunitario (cf. 10,42-45). La "tarea" particularizada (v. 34) muestra la autonomía y la responsabilidad personal en la labor. El "mantenerse despierto", propio de todos, indica la disposición común a la entrega, necesaria para cumplir la misión de la comunidad, la apertura del mensaje a todos los pueblos ("el portero").

La primera frase del segundo miembro (v. 35a: por tanto, manteneos despiertos, que no sabéis cuando) se expresa de un modo paralelo a la frase inicial de la analogía (v. 33: ahuyentad el sueño, que no sabéis cuándo). Sin embargo, el motivo no es exactamente el mismo; allí se refiere al momento/hora; aquí a la llegada del señor de la casa.

El señor de la casa designa a Jesús mismo, el heredero de la viña (12,7). Se pasa aquí de una imagen tomada de la cultura rural (la viña) a otra de la cultura urbana (la casa). En Israel (la viña) Dios era el Señor; en la nueva comunidad de seguidores, Jesús toma el puesto de Dios. Él es el Señor.

La forma verbal va a llegar (gr. erkhetai, presente por futuro cercano) está en clara relación con la llegada del Hijo del hombre (13,26) con su fuerza de vida, para reunir a los suyos que han llevado a cabo su tarea sin dejarse acobardar. Representa, pues, el aspecto de salvación y vida definitiva expresado en v. 32 bajo la figura de "el día aquel". El segundo miembro completa, pues el primero (v. 33), que hace referencia a al "momento/hora".

Sólo se espera la llegada durante el tiempo nocturno. Las cuatro designaciones indican cuatro espacios de la noche, nombrados por la hora en que cada uno comienza o termina: al oscurecer, puesto el sol, abarca las tres primeras horas; a medianoche señala las tres horas siguientes; al canto del gallo, el tiempo hasta el segundo canto del gallo, que anuncia la aurora; de mañana, la madrugada hasta el amanecer. Son los nombres populares de las cuatro vigilias o velas que estaban en uso en el mundo romano, nueva alusión al contexto pagano (cf. 6,48) y a la misión universal (cf. 13,10; 14,9).

Se alude así a la noche mesiánica, la del nuevo Éxodo y la liberación definitiva (cf. Éx 12,42). Se explica esta alusión por ser el grupo de discípulos, seguidores procedentes del judaísmo, el destinatario del discurso. El dicho realiza para ellos una doble rectificación: La llegada del Mesías no tendrá lugar, como ellos esperaban, en el mes de Nisán, en la noche de la pascua judía; la expectativa ahora es continua. Pero, además, como lo indican los nombres de las horas nocturnas, tampoco tendrá lugar en Jerusalén, sino en medio de territorio pagano.

LA BIBLIA

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